En la confluencia de los ríos Júcar y Cabriel se localiza el embalse de Embarcaderos, un lugar donde se dan condiciones óptimas para que multitud de especies de aves acuáticas habiten y se reproduzcan. Aunque los embalses son láminas de agua “artificiales” y su estado responde en gran medida a las necesidades hídricas e hidroeléctricas de la población, estos proporcionan condiciones ambientales favorables para la presencia de todo tipo de aves.

Las aves acuáticas son las más representativas de estos ecosistemas, ya sean las que habitan de manera permanente o las que utilizan estos espacios como refugios invernales. De esta manera, los tramos inundados del interior se posicionan como unos de los más importantes refugios para aves acuáticas en la Comunitat Valenciana, un territorio en el que no abundan las aguas continentales permanentes con un origen eminentemente natural.

En este recorrido podremos disfrutar de un magnífico entorno para distinguir una gran variedad de aves acuáticas de manera fácil y accesible para todo tipo de visitantes. El inicio de la ruta se encuentra en el panel informativo del Campo del Cura, al que se accede tras recorrer unos 800 metros pasado el Puente de Hierro. Este itinerario bordea la orilla del embalse de Embarcaderos por su margen izquierda, hasta llegar a la presa del mismo nombre y desde donde, a su vez, se toma la embarcación que realiza el crucero fluvial por los congostos del Júcar. La ruta ornitológica se puede realizar en ambas direcciones y, por tanto, es posible comenzarla tanto en el Campo del Cura como en el Área Recreativa de Embarcaderos.

Durante el recorrido veremos tres microespacios dentro del paisaje que nos envuelve, los cuales determinan las especies que podremos observar, siempre con algo de suerte. En el carrizal destacan el aguilucho lagunero o la gallineta; en el agua predominan las fochas, los azulones o los somormujos; y en las montañas que rodean el embalse cabe la posibilidad de avistar algún ejemplar de águila real o de águila culebrera.

Además de estas especies, también habitan otras más comunes, pero igualmente interesantes, como la collalba negra, la tarabilla o el roquero solitario en los acantilados; así como cantidad de aves de pequeño tamaño como el verdecillo, el jilguero, el carbonero o el pájaro moscón.

Este camino, a pie de agua, nos brinda la ocasión de contemplar algunos tipos de aves que tan solo se encuentran en entornos tan singulares como el embalse de Embarcaderos, donde confluyen el agua, el ser humano y la naturaleza para proporcionar ecosistemas ricos y merecedores de respeto y protección.